Cinco diagnósticos territoriales impulsan la cooperación europea por una gestión sostenible del agua en el medio rural

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El proyecto europeo GestEAUr, financiado por el programa Interreg Sudoe, avanza con la elaboración de cinco diagnósticos territoriales en España, Francia y Portugal. Estos estudios marcan un paso decisivo para diseñar soluciones innovadoras que respondan a los crecientes retos de la gestión del agua en entornos rurales con población dispersa.

Los diagnósticos se han desarrollado en La Moraña (Castilla y León), la zona del Guadiana (Extremadura), el Pays de Béarn (Francia), y las regiones portuguesas de Alto Miño y Torres Vedras. Cada territorio ha analizado su situación socioeconómica, ambiental y de infraestructuras hídricas mediante talleres participativos con agentes locales y evaluaciones técnicas realizadas por entidades especializadas.

En La Moraña, territorio agrícola compuesto por 63 municipios, el análisis ha detectado presencia de nitratos, pérdidas de caudal y deficiencias en depuración. Para Armando García Cuenca, diputado de Asuntos Europeos de la Diputación de Ávila, “este proyecto es una magnífica oportunidad porque permite adaptar la depuración y la gestión del agua al escenario del medio rural, donde hasta ahora se han utilizado criterios y herramientas urbanos”. La comarca será, además, escenario de proyectos piloto para probar nuevas tecnologías de tratamiento.

En el Guadiana extremeño, más de 200 municipios participan en un diagnóstico centrado en contaminación por nitratos y pérdidas en redes, con la colaboración de Aqualia, socio del proyecto. “El agua es agricultura, industria, movilidad, turismo… Tiene muchas oportunidades y la colaboración público-privada es un modelo a mantener y replicar”, señalan desde la compañía.

En el suroeste de Francia, el diagnóstico del Pays de Béarn subraya la necesidad de reforzar la gestión solidaria del recurso, mejorar el conocimiento sobre las reservas estratégicas y modernizar las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento.

Por su parte, en Portugal, el Alto Miño afronta presiones agrícolas y turísticas, mientras que Torres Vedras se centra en modernizar sus sistemas frente a la escasez de agua. Ambos territorios destacan por su compromiso con la sostenibilidad y su apuesta por la reutilización y digitalización como ejes de una gestión hídrica más eficiente y resiliente.

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