¿Cómo explicar a 60 niños de 10 años qué es el capital natural del viñedo, la biodiversidad, la infraestructura verde o las soluciones basadas en la naturaleza? Palabras técnicas que para nosotros son nuestro día a día, pero que hay que «traducir» al lenguaje infantil. Ese era el reto de la actividad divulgativa que la semana pasada organizada en el marco del proyecto ECOSPHEREWINES para dar a conocer la viticultura sostenible a nuestros pequeños, y exigentes, vecinos del CEIP Juana de Vega.
Los escolares se convirtieron en biólogos por un día y crearon una caja nido para pájaros y un miniviñedo en una pequeña parcela del colegio donde se colocó una casa nido de mayor tamaño, un hotel de insectos y plantamos cuatro vides de Blanca Legítima, la variedad ancestral de IGP Betanzos, que después vieron en persona en la parcela experimental de ECOSPHEREWINES. «Las vides, les explicaron los técnicos, no viven solas. Necesitan del sol, del agua y de todas las plantas, insectos o pájaros que hay de alrededor de ellas para crecer en condiciones óptimas y tener uvas de buena calidad.”
Los deberes: cuidar las vides, estar atentos a la llegada de los inquilinos a la caja nido y al hotel de insectos y en primavera, plantar las semillas de romero, albahaca y lavanda para que estos seres vivos tengan alimento y puedan cumplir su función en este pequeño ecosistema del que ellos también forman parte. «Cuando crezcan las uvas, podréis comerlas. Nosotros también formamos parte de la biodiversidad”.
 
				 
															
