SHAREDH2 apuesta por el medio rural: empleo cualificado como motor para frenar la despoblación

Al comienzo de la década de los ochenta, en Castilla y León vivían más de 2,6 millones de personas. En los últimos registros consultables, que datan de 2024, la población de la Comunidad más extensa en territorio de España no alcanza los 2,4 millones, esta disminución de un 8% choca con el aumento de la población española que, en el mismo periodo, ha sido de un 35%. El éxodo rural, la falta de oportunidades laborales cualificadas en el entorno, la deriva global hacia las macrociudades, el centralismo administrativo y una oferta de servicios y ocio menor que en zonas más habitadas, son algunos de los motivos habituales que se suelen esgrimir en el diagnóstico de esta problemática que cada vez parece más acelerada.

Frente al riesgo que supone para los municipios afectados la pérdida de vecinos, un retroceso en la habitabilidad al perder servicios básicos, comercios y un envejecimiento agudo, en los últimos años han surgido movimientos sociales que piden que se tomen acciones para que el futuro de los pueblos y ciudades apartados de los grandes circuitos económicos patrios sea más esperanzador.

Uno de los grandes retos, si no el mayor, es la necesidad de dotar de puestos cualificados, bien remunerados, seguros y localizados a estas zonas. Con ello, se logra atraer individuos y familias con buen poder adquisitivo, lo que supone un crecimiento exponencial de la cantidad de servicios requeridos, y por tanto ofrecidos, en ese lugar. Una de las soluciones posibles e innovadoras para frenar la despoblación de Castilla y León es la que se propone en el proyecto SHAREDH2-SUDOE. Así, Capital Energy y Alkeymia desempeñan un papel esencial en el impulso del autoconsumo energético como herramienta para el desarrollo de entornos rurales. En este proyecto, el foco está en la creación de comunidades energéticas locales que, mediante el hidrógeno verde, se puedan aprovechar los excedentes generados por instalaciones fotovoltaicas para el autoconsumo.

La Comunidad Energética de Bembibre es una buena muestra de las posibilidades que la colaboración público-privada supone en este aspecto. De este acuerdo surge la oportunidad de instalación de un sistema de producción de hidrógeno mediante energía solar. Con esta iniciativa, los demandantes de energía involucrados podrán beneficiarse de un suministro energético más competitivo y sostenible, con una reducción de los costes operativos y contribuyendo a la autosuficiencia, en el plano energético, de la zona.

No sólo estas acciones suponen una reducción de la huella de carbono y una mejora directa en la eficiencia del consumo energético, si no que además dota a la zona de un impulso económico directo y tangible. Al facilitar, democratizar y abaratar el acceso a la energía renovable, se genera un atractivo añadido a la implantación de nuevas industrias, lo que implica en una mejora respecto a la creación de empleo cualificado y una invitación a la fijación de población en el territorio. El hidrógeno verde es una demostración del compromiso de Capital Energy con una transición energética justa, innovadora y sostenible.

El hidrógeno como respuesta a la despoblación. Oportunidad para el entorno rural

La extraordinaria necesidad de terrenos para efectuar los proyectos en los que Alkeymia centra su actividad, síntesis y comercialización de moléculas verdes, es una invitación para instalarse en entornos rurales, víctimas de la despoblación. Así, con iniciativas como HyBERUS, que acaba de ser reconocido dentro de las ayudas del programa Valles de Hidrógeno, dependiente del IDAE, con una adjudicación de 138 millones de euros, Alkeymia se presenta como un actor estratégico y clave del sector. HyBERUS es el resultado de la unión de Pilar, proyecto con el cual se pretende la conversión de hidrógeno verde en amoníaco verde, y de Pilatus y Sophya, en los que el resultado final es metanol verde a partir de hidrógeno verde. Situados en Caspe, Fabara y Ascó, en las provincias de Zaragoza y Tarragona, esperan contribuir a reducir la despoblación local además de aportar beneficios económicos y sociales a la región.

Esta actuación, supone la aparición de nuevos puestos de trabajo, directos e indirectos, con un porcentaje nada desdeñable de ellos cualificados, la necesidad de ofertas servicios (desde educacionales a recreativos) en la zona, una mejora de la calidad de la vivienda disponible, así como otras consecuencias prometedoras que se irán desarrollando durante la construcción y la operación del proyecto.