La capital navarra acogió los días 1 y 2 de octubre, el III Congreso Europeo de Comunidades Energéticas, organizado por el Gobierno de Navarra, y en el que participaron ITCL Centro Tecnológico y algunos socios del proyecto SHARED-H2, como parte interesada en el desarrollo de comunidades energéticas.
Dentro del congreso se abordaron diversos aspectos de actualidad para el despliegue exitoso de las comunidades energéticas en Europa, con un enfoque dedicado al fortalecimiento del marco regulatorio y técnico con el ánimo de promover la participación ciudadana y empresarial en la transición energética.
Entre los temas más destacados, se enfatizó el desarrollo de las Oficinas de Transformación Comunitaria (OTCs) y su alineamiento con el concepto “one-stop-shop” que se promueve desde la Comisión Europea, para que funcionen como ventanillas únicas que agilicen la creación y gestión de comunidades energéticas. Estas oficinas buscan simplificar procesos administrativos, mejorar la asistencia técnica y facilitar el acceso a financiación de proyectos de autoconsumo, lo cual se ha identificado como crucial para la expansión de estas iniciativas en áreas urbanas y rurales.
Otro tema destacado fue el papel de las comunidades energéticas industriales, que demandan un marco normativo más claro, abordando aspectos como la reforma del Real Decreto 244/2019, que regula el autoconsumo en España, enfatizando el papel de la figura del «gestor de autoconsumo colectivo» para gestionar mejor la demanda y el balance de la red, siguiendo modelos basados en escenarios de agregación, flexibilidad energética y mercados locales de energía.
Por otro lado, desde un punto de vista de la innovación aplicada a la transformación digital, se debatieron temas cruciales como la adopción de nuevas tecnologías habilitadoras, tales como los gemelos digitales, como instrumentos que permiten simular escenarios y optimizar el uso y consumo de la energía, facilitando el proceso de toma de decisiones informadas en pos de la implantación de sistemas energéticos inteligentes centrados en la descarbonización y una transición energética justa.
A través de sesiones paralelas, se organizaron también una serie de talleres participativos en los que se fomentó el debate y la aportación de valor de los asistentes. En una de estas sesiones, se reflexionó sobre la importancia de integrar la participación de jóvenes y colectivos vulnerables en estas comunidades, lo que no solo contribuye a la sostenibilidad a largo plazo, sino que también ayuda a combatir la pobreza energética.
Finalmente, la conferencia subrayó la necesidad de contar con un enfoque inclusivo y multidimensional que posicione a la energía como un derecho básico desde el punto de vista de la economía social. Expertos en transición energética y justicia social insistieron en el papel de las administraciones locales para garantizar el acceso asequible y sostenible a la energía, y en la importancia de fomentar una visión integral de la comunidades energéticas no sólo como un modelo de negocio, sino como un modelo de desarrollo de territorio donde la energía se convierta en un activo económico y social que desencadene otra serie de proyectos e iniciativas colectivas beneficiosas para el entorno de la comunidades, tales como movilidad, rehabilitación energética de edificios o almacenamiento energético.