Las estaciones de autobuses y trenes en las ciudades del sudoeste de Europa consumen grandes cantidades de energía y emiten niveles de gases de efecto invernadero extremadamente elevados, lo que afecta a la calidad de vida de los ciudadanos y a la imagen de las ciudades. Este proyecto quiere resolver las deficiencias de construcción de estos edificios para reducir su factura energética e impacto medioambiental. El método: la creación de una herramienta de evaluación energética de las estaciones de transporte a través de sistemas de ingeniería ecológica que determinarán su consumo y las soluciones que se deben aplicar.