El sur de Europa aglutina las regiones en el mundo con más riqueza y abundancia de patrimonio histórico-cultural, que abarca edades desde la prehistoria (incluso más de 500 millones de años) hasta la actualidad, con múltiples civilizaciones, especies, culturas, oficios y representaciones artísticas (arquitectura, joyería, agricultura, pesca, folklore, pintura, ritos mortuorios, organizaciones sociales, literatura, música, obras de ingeniería, etc.). Solo por poner un ejemplo, recientemente National Geographic publicaba: “Podemos pintar gran parte de la historia de la vida en la Tierra dando un paseo por los yacimientos de España”. Y cada año se descubren en Francia, Portugal y España nuevos yacimientos y enclaves relevantes. Para poder recuperar, preservar y aprovechar este inmenso y único valor de la UE (realmente diferenciador a escala global y con un enorme potencial socio-económico para el futuro), se necesitan nuevos enfoques que permitan abarcar la escala y coste que requiere su gestión integral.
Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ofrecen claves absolutas para lograr este objetivo, distinguiendo varias olas. En un primer momento, se desarrolló la conectividad, que ha permitido el desarrollo de rutas turísticas que maximizan el valor de los enclaves, y la puesta en conocimiento y conciencia de la población sobre esta riqueza. Posteriormente, surgió la ola de los datos y la Inteligencia Artificial (IA), que todavía continua, creando nuevas oportunidades de interacción de las personas con los bienes culturales ya catalogados y conservados. Emerge ahora una nueva ola basada en las tecnologías Web 3, que abren nuevos horizontes en torno al problema de valorización y conservación no solo “de lo que ya hay”, sino también, “de lo que no hay” (porque no se ha podido excavar todavía o se perdió a lo largo de los siglos). Estas tecnologías pueden ayudar a valorizar todo el patrimonio; sin ellas, mucha de esta riqueza se perderá para siempre.
Este proyecto se centra de forma especial en tecnologías del metaverso para la reconstrucción y visita experiencial, de forma que el patrimonio se convierta en una parte de las personas, no en algo externo a ellas. Es con este enfoque lo que aporta además el mayor potencial de Desarrollo Rural, dado que este patrimonio suele encontrarse en áreas que están sufriendo fuertes tendencias de despoblación. También son estas tecnologías las que pueden permitir crear mayores oportunidades de fijación de población, o la atracción de nuevos modelos poblacionales a estas regiones.
El proyecto tendrá, por tanto, tres áreas de actuación:
1) Reconstrucción digital. Participan en el proyecto dos tipos de enclaves: lo que llamamos “Yacimientos avanzados” (ej.: Segóbriga) y “Yacimientos emergentes” (ej.: El Vergel).
2) Nuevas formas de interacción patrimonio-visitante, con un enfoque especial en: 1) la educación de distintos rangos poblacionales (con la incorporación de nuevos recursos virtuales, recreativos y lúdicos que permiten el acceso al conocimiento histórico-cultural); 2) La investigación (gracias al uso de TICs para explorar nuevas formas de interpretación del patrimonio).
3) Desarrollo Rural. Pretendemos que los actores del territorio sean responsables y protagonistas de la co-creación de una estrategia de desarrollo rural en la que también participarán otros agentes como los entes locales y regionales. La ambición general es la co-creación de una estrategia de desarrollo del territorio apoyada por los stakeholders, cuyo eje central sea la promoción de la actividad turística a través de la aplicación de nuevas tecnologías. El objetivo es también medir cómo esta revitalización económica influye en la calidad de vida de los habitantes, ensayando prácticas que puedan servir de ejemplo a otros recursos del territorio, y a otros territorios.