Los países del SUDOE (España, Francia, Portugal y Andorra) enfrentan un notable envejecimiento poblacional, especialmente en zonas rurales donde hay mayor concentración de ancianos y menos acceso a servicios sanitarios, lo que agrava la despoblación. Este envejecimiento lleva a una mayor incidencia de discapacidades y un aumento en la utilización de servicios sanitarios, hospitalizaciones y mortalidad. La mayoría de las personas mayores desea mantener su autonomía, y cada país tiene diferentes enfoques preventivos para evitar discapacidades.
En la UE, hay esfuerzos para abordar el envejecimiento, enfocados en la investigación, participación de múltiples partes interesadas, y coordinación intersectorial. Sin embargo, el reto es grandes.
El envejecimiento poblacional aumenta la prevalencia de enfermedades crónicas y discapacidades, incrementando la demanda de servicios médicos y hospitalarios. Un enfoque multidisciplinario es esencial para la atención de las personas mayores, lo que requiere una mejor organización del sistema sanitario. La prevención y tratamiento de la fragilidad son claves para un envejecimiento saludable, que implica optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad a lo largo de la vida.
Un envejecimiento activo y saludable incluye hábitos saludables como una buena alimentación, ejercicio regular, estimulación cognitiva, cuidado de la salud mental, y actividades de ocio. Estos factores ayudan a prevenir problemas de salud y mejorar la calidad de vida en la vejez, permitiendo a las personas mayores vivir de manera activa y plena.